Mahayana
El Mahāyāna
Los estudiosos creen que el Mahāyāna, como un movimiento separado, comenzó a desarrollarse alrededor del siglo I de la Era Común en el sur de la India. Para explicar la aparición de esta segunda tradición buddhista por antigüedad, debemos hacer un poco de historia, aunque sea muy brevemente.
Después del fallecimiento del Buddha, los discípulos se enfrentaron con una tarea inmensa: su maestro no les dejó ningún testamento escrito, y era importante establecer su enseñanza con la máxima urgencia, tanto desde el punto de vista doctrinal como disciplinario. Y esto se haría tras decidir quiénes formarían parte del grupo que llevaría a cabo una elaboración legítima de la enseñanza. Finalmente, la asamblea, al fin constituida, se reunió en el concilio de Rājagaha (actual Rajgir, en la India) e inmediatamente comenzó una recitación conjunta de los discursos doctrinales y disciplinarios. Con respecto a los preceptos, mostró un compromiso de rigor intransigente. El trabajo alcanzó su objetivo, dando como resultado la formación de un canon oral de la enseñanza buddhista memorizada en el idioma «magadhense» por bhikkhus especializados; memorizadores de los discursos y de las reglas de disciplina, comentadores oficiales y profesionales predicadores . Sin embargo, el resultado no fue aceptado por todos los miembros de igual manera y, a lo largo de los años, cuestiones de otra índole, como el origen religioso-social de algunos miembros del Sangha, su grado de desarrollo espiritual, etc. promovieron la aparición de disensiones dentro de la comunidad.
Durante los dos primeros siglos del buddhismo, se dio una hostilidad latente entre los arahants, por un lado, y los religiosos mundanos y los laicos, por el otro que, finalmente, culminó en una clara diferencia de posición. Las primeras controversias se referían al Vinaya -el compendio de reglas monásticas-, pues seguía pendiente sin resolverse algunas dudas en lo que respecta a las reglas y preceptos menores y a los que el Buddha hizo referencia, aunque sin llegar a identificar exactamente. Ciertos religiosos propusieron abolir los preceptos menores e insignificantes, pero los arahants decidieron mantenerlos. Más tarde, algunos monjes intentaron incluir en el Vinaya algunas prácticas relajadas a las que estaban acostumbrados, en particular la posibilidad de que los monjes aceptaran regalos en forma de dinero; lo que fue condenado. Todas estas disensiones culminaron inevitablemente en el cisma que provocó la escisión del Sangha original en dos principales órdenes: la de los sthaviras o veteranos, que permanecieron fieles al viejo ideal de la santidad -y que habrían llegado a nuestros días en la forma de la tradición Theravāda-, y la de los mahāsāṃghikas, que fueron convencidos para asumir cinco tesis abiertas a las aspiraciones de los laicos y fuertemente teñidas de democracia.
El desarrollo del Mahāyāna fue un proceso lento y gradual. El Mahāyāna no era una escuela rival y, por lo tanto, monjes mahayanasa podían vivir sin discordia en el mismo monasterio con monjes de otras escuelas, siempre que sostuvieran las mismas reglas, a pesar de que se cree que monjes no mahayanas pudieron haberse tomado con algo de burla las creencias y prácticas privadas de sus hermanos mahayanas. La idea de un cisma o ruptura radical, con cambios religiosos dramáticos, simplemente no concuerda con lo que sabemos ahora del desarrollo religioso buddhista, y no ya en los textos, sino en la práctica real.
Aunque el Theravāda se atiene estrictamente a las enseñanzas que con más claridad podemos atribuir al Buddha histórico, el Mahāyāna reconoce en la enseñanza del propio Buddha más un método que una doctrina; un método similar al método científico, en el sentido que indaga para descubrir la verdad, sin prejuicios y con total libertad para criticar o poner en duda enseñanzas o teorías del pasado.
El Mahāyāna se aparta de la tradición Nikāya (Theravāda) en su aceptación de los sutras mahayanas. Las escuelas Mahāyāna, sin embargo, no rechazan los suttas nikayas, tales como los registrados en el Canon Pali; de modo que éstos también son vistos como canónicos.
Las escrituras mahayanas fueron fijadas por escrito en el siglo I de la Era Común. Algunos de ellas, tales como los sutras de La Perfección de la Sabiduría, se presentan como sermones reales del Buddha que habrían estado ocultos. Según algunas fuentes, estos sermones fueron pasados por tradición oral como otros sutras, pero otras fuentes afirman que fueron ocultados y después revelados varios siglos más adelante por una vía esotérica. Además de sutras, algunos textos del Mahāyāna son esencialmente comentarios.
La tradición Mahāyāna (literalmente Gran Vehículo) incluye hoy numerosas escuelas diferentes, que van desde el Chan de China, al buddhismo de Tierra Pura o el Zen japonés. Algunas de las áreas en las que se practica son China, Tíbet, Japón, Corea, Vietnam, y Taiwán. Del Mahāyāna se desarrolló el Vajrayāna esotérico que afirma combinar todas las escuelas previas.
Hacia el siglos I a.C. los seguidores del Mahāyāna acuñaron el término sánscrito Hīnayāna (literalmente, Pequeño Vehículo) para referirse, desde una posición de superioridad, a la tradición Theravāda. Se utiliza en algunas publicaciones controvertidas, existiendo incluso diferentes opiniones sobre su uso y significado entre los buddhistas en general y los estudiantes en particular. El término, por sus connotaciones despectivas, ha sido desterrado de ámbitos académicos y, desde esta web, hacemos la misma recomendación general.